Células Madre

Las células Madre corresponden a células indiferenciadas, es decir que no se han “convertido” en algún tipo de célula específico de los más de 200 tipos que se conocen en el cuerpo humano, es por esto que son llamadas células pluripotenciales. También llamadas células troncales (stem cells) por los doctos en el tema, pueden ser encontradas en los embriones en las primeras fases de división (células madre embrionarias), así como también en el cordón umbilical de recién nacidos y en el cuerpo adulto (células madre adultas).

La importancia de estas células radica en su capacidad de generar cualquier tipo de tejido presente en el cuerpo humano, por lo cuál representan una fantástica posibilidad para la medicina; se podrían tratar distintas enfermedades que hasta hoy no tienen cura. Por ejemplo, se podría regenerar la médula espinal de alguien que padezca de tetraplejia (lo que padece “Superman”, quien al caer de un caballo sufrió una grave lesión que lo dejó en silla de ruedas, incapaz de mover brazos y piernas).


¿Cómo se obtienen?

Las células madre embrionarias, al parecer más versátiles que las adultas, son obtenidas de embriones creados por la fertilización “in vitro” (procedentes de clínicas de fertilización) o desde embriones clonados, en ambos casos los embriones tienen cinco días de vida al momento de efectuar el procedimiento (el cual los destruye). Las alrededor de cuarenta células madre embrionarias se extraen del macizo celular interno y se traspasan a un plato de cultivo, donde comienzan a dividirse (sin diferenciarse en células más especializadas); después de muchos meses se obtiene una línea de células madre embrionarias (algo así como un paquete de millones células, el cual puede ser usado en su conjunto). De esta forma pueden usarlas los científicos que se dedican a su investigación.

En cambio, las células madre adultas son obtenidas desde diferentes tejidos del cuerpo humano, así como también del cordón umbilical de los recién nacidos. Estas se encuentran en el cerebro, córnea, corazón y médula ósea, entre otros. La principal limitante de las células madre adultas es su aparente incapacidad de convertirse en cualquier tipo de tejido, además de la dificultad para cultivarlas y el hecho de que son escasas (el cuerpo parece tener un número limitado de éstas). Las células madre adultas son activadas en caso de lesión o enfermedad, y según se ha observado se limitan a formar los tejidos de los cuales provienen; así, por ejemplo, las células del cordón umbilical parecen ser capaces sólo de formar células sanguíneas, las del cerebro forman neuronas o células gliales, etc. (Su limitada capacidad ha sido puesta en duda por recientes investigaciones, que hacen pensar que son tan versátiles como las células madres provenientes de embriones)

Células como terapia

Las células madre embrionarias aún no se han usado en seres humanos, pero se avanza en su investigación; el principal reto para los investigadores es controlar y dirigir su diferenciación, para así poder transformarlas en el tipo de tejido que deseen, lo cual depende de complejas combinaciones de señales químicas y genéticas, un proceso que recién se comienza a descifrar. Hasta ahora los únicos beneficiados (o perjudicados) con éstas células han sido los ratones de laboratorio, ¡¿Qué dirían Pinky y Cerebro?!. La idea es lograr “fabricar” tejidos u órganos en el laboratorio, los cuales posteriormente puedan ser implantados en el paciente.

Las células adultas, en cambio, se usan desde hace décadas; y últimamente con un mayor conocimiento y adelantos técnicos y científicos en la materia. Desde hace años que, en algunas enfermedades de la médula ósea (la que “fabrica” la sangre), se han practicado transplantes de médula, de esta manera las células madre presentes en la médula transplantada comienzan a “fabricar” sangre sana una vez que se alojan en la médula ósea del receptor (si todo sale bien). Lo anterior también se aplica a células obtenidas del cordón umbilical, tejido fetal y otros, las cuales han logrado mejorar a pacientes con Leucemia y otros cánceres, junto con aliviar los síntomas de otros padecimientos (enfermedades cardíacas, artritis y otras enfermedades degenerativas).

Dilema moral

Todo este asunto no ha estado exento de una ardua discusión sobre lo ético del tema. Para muchos es inaceptable la destrucción de embriones humanos para obtener células madre, mientras que del otro lado alegan que lo inmoral sería desechar esos embriones (excedentes de clínicas de fertilización “in vitro”) si es que pueden ser usados para mejorar enfermedades; aunque también existe la clonación de embriones para estos fines.

La discusión, desde luego, es mucho más extensa y abarca más aspectos que los acá mencionados, pero lo medular es eso. Me impresiona, eso sí, el hecho de que haya cientos de miles de embriones humanos que están siendo creados en estas clínicas para el tratamiento de la infertilidad, siendo que la mayoría se irá por el caño (bueno, pero supongo que esto es otro tema). Otro asunto importante es que, como en todo, grandes empresas privadas son las que llevan la delantera en estas investigaciones, lo cual implica que sólo quienes puedan pagar fuertes sumas de dinero tendrán acceso a estos tratamientos, al menos en un principio.

Nota: La información acá expuesta fue publicada hace varios meses ya (en el 2005), y se suponía que el próximo año (este año, 2006) empezarían las pruebas de células madre embrionarias en seres humanos. Por lo cual es muy probable que, mientras lean estas líneas, ya se estén llevando a cabo experimentos en humanos; y si no es así, de seguro para el 2007 se estarán efectuando.

Fuente: Revista National Geographic, Julio de 2005.

Saludos,

Englishman