02-08-2007

Una Historia Increíble

Bien, acá estamos nuevamente. A continuación daré comienzo al relato prometido en el artículo anterior. Cabe destacar que la mayor parte de lo que expondré estará escrito en base a los documentos que Ernesto de la Fuente publicó hace años atrás en un sitio en internet, el cual según entiendo está off-line desde hace tiempo (http://www.conexionovni.cl/), y en parte en base a mis conversaciones con él y con otras personas involucradas en el caso. También les haré especial incapié en que prácticamente todo el material gráfico que les mostraré, será exactamente el mismo que publicó Ernesto de la Fuente al escribir sus artículos para la web mencionada; aún cuando éstas fotos han sido publicadas por muchos otros (ufólogos inclusive), sin hacer ninguna alusión a la propiedad intelectual e incluso poniendo logos propios como si fuera material de ellos u obtenido por ellos. Es más, en las fotos pertenecientes a los artículos de dicha web, podrán ustedes ver con “marca de agua” la dirección de la página en que eran publicados los artículos de Ernesto; pues las subiré tal cual, sin cortarles esa porción de imagen como han hecho en otras web en que han usado este material.

No creo que sea necesario, pero:

Si al hacer uso de este material no estoy respetando los derechos de autor, porfavor que el propietario intelectual de éstos me lo haga saber y el material será retirado inmediatamente.

Bien, ahora sí, me parece que nada se me queda en el tintero…



Una Historia Increíble


Ernesto de la Fuente nació el 17 de Diciembre de 1939 y estudió Ingeniería Mecánica en la Universidad de Concepción. Al egresar trabajó un tiempo en Chile, pero por diversos motivos tomó la decisión de ir a trabajar a los Estados Unidos, donde trabajó como ingeniero en sonido (de ahí que se le haya etiquetado como ingeniero de sonido). Su trabajo le permitió conocer diversos lugares, ya que viajaba con el equipo de filmación y según él mismo menciona le gustaba filmar documentales (y no lo hacía nada de mal), pero como era el único que sabía hacer las labores de sonido y hablaba bien inglés...quedó como “ingeniero de sonido”. (En la foto: Ernesto en el viaje de regreso de su estadía en la isla)

Por su calidad de inmigrante, se vió en la necesidad de obtener permiso para seguir trabajando ahí y para acceder a ciertos lugares restringidos, lo que era requisito aveces en su trabajo. Para esto, una de las principales posibilidades era hacer el “servicio militar” allá en Estados Unidos, es así que se enroló en los Marines. Tiempo después fue enviado a la Guerra de Vietnam, donde hizo labores de reportero de guerra. Después de un tiempo estuvo de vuelta en Chile.

Ya en Chile, se casó e hizo una familia. Pasó por algunos aprietos económicos, por lo que decidió irse de colono al sur de Chile, además en esos momentos su situación familiar no era la mejor.

En septiembre de 1983 se fue de colono a Chiloé, a un fundo cerca de Quemchi, donde pretendía explotar la madera de la zona. En ese tiempo esa zona era muy aislanda, no había teléfonos, ni menos celulares, y los habitantes estaban separados por kilómetros de distancia; lo único que mantenía una comunicación efectiva con otros humanos era la radio. Es así que Ernesto de la Fuente se hizo de una radio, y al aprender a usarla empezó a hablar con otros radioaficionados.

Así empezó a tener contacto radial con distintas personas. Entre las personas con quienes entabló comunicación estaban unos miembros de “una congregación cristiana”, quienes habían adquirido una isla en el archipiélago de los Chonos y operaban una estación de radio que llamaban “Friendship”, al igual que la isla. Estos personajes tenían un acento extranjero y supuestamente se estaban instalando hace no mucho en esta isla. En estas conversaciones participaban distintos radioaficionados, no sólo Ernesto de la Fuente.

Así Ernesto y otras personas comenzaron a hacer amistad con los habitantes de la “Isla Friendship”, y con el tiempo empezaron a pasar cosas curiosas, por decir lo menos. Se notaba que estos “gringos” sabían mucho y de prácticamente todo lo que se les preguntara, tenían profundos conocimientos de medicina, física y otras ciencias. Cuando les preguntaban de dónde sacaban tales conocimientos, ellos respondían que “Los Ángeles del Señor se los entregaban”; ante esta respuesta, Ernesto siempre creyó que por su profunda religiosidad ellos respondían eso, y que esto no era más que una figura literaria usada por ellos. Las cosas dieron un giro cuando se empezó a oir cosas como “Rafael no podrá acompañarnos este jueves, porque Los Ángeles del Señor lo necesitan”, ahí se cayó en la cuenta de que al hablar de Ángeles del Señor se referían a algo en concreto. También comenzaron a suceder ciertos fenómenos paranormales, los “Friendship” sabían cosas de sus interlocutores, cosas que no tenían cómo saber; por ejemplo, podían decirle a alguien dónde tenía que buscar un objeto perdido para poder hallarlo o, más adelante, pudieron aconsejarle a Ernesto que no fumara ni bebiera tanto como “la noche anterior”. Esto, más una serie de otras cosas, empezaron a hacer de este situación algo totalmente fuera de lo común.

En este momento comienzan una serie de sucesos poco comunes, que relataré con algo más de detalles en artículos posteriores. A partir de este momento, empieza a ser difícil relatar de forma cronológica todo lo que pasó, puesto que Ernesto no es el único involucrado en el asunto, y puesto a que tampoco es fácil contar un relato de años de duración en un estricto orden cronológico de los sucesos; es decir, hay cosas en las que no tengo la plena claridad de cuándo ocurrieron, las cuales sólo podrían ser plenamente aclaradas por Ernesto o quien haya vivido dichas situaciones (y ni siquiera).


Entre otras cosas, los Lucero (nombre radial correspondiente a la familia Ortiz) también mantenían contacto radial con la Isla Friendship, y el 17 de Agosto de 1985 sucedió algo sin precedentes; en pleno avistamiento OVNI (gran parte de Santiago vio dicho objeto) Cristina Ortiz conversaba por Radio con Ariel mientras él le indicaba los movimientos que haría el objeto en los cielos de Santiago. ¡Increible!. De esto existen grabaciones, tanto en video (del objeto) hechas por distintos medios, como de la conversación radial, hechas por Cristina y Octavio mientras se desarrollaba la conversación.

También cabe destacar que los habitantes de la Isla Friendship se hacían llamar con el nombre de ángeles, es así que tenemos a Rafael, Miguel, (faltarían Leonardo y Donatello y tenemos a las Tortugas Ninja), Ariel, Nataniel, etc.

Bueno, hasta aquí por ahora. En otros artículos daré más detalles de lo mencionado y de otros muchos sucesos “extraños”. No escribo más porque de ahora en adelante se pone mejor la historia, y por lo tanto tengo que evaluar bien qué y cómo escribirlo. También debo consultar los documentos que escribió Ernesto, y lo que recuerdo de mis conversaciones con él y con otras personas ligadas al caso Friendship. Sólo me resta decir que espero que distintas personas se vean atraídas por este tema y comenten. Sé que hay una variedad de opiniones respecto al tema, y las opiniones serán respetadas, siempre que las mismas sean emitidas con respeto.

Espero opiniones y comentarios, y sigo esperando no estar metiéndome en las patas de los equinos.

Saludos,

Englishman.